Manifiesto para resistir
“El clamor de las masas desposeidas no es solo un lamento sino una apelación a cuanto haya en el hombre de dignidad, de solidaridad, de instinto para no desesperar de la vida en el mundo.....”
J.M. Valverde.“En el traspies de la historia”.
Vivimos una época en la que han caído muros y se levantan fortalezas y en un lugar donde los paises ricos (EEUU, La Unión Europea,...) quieren impedir la entrada de los pueblos hambrientos en busca de las migajas de un banquete hecho, en parte, a su costa. Así, antiguos pueblos colonizados y esquilmados continuan siéndolo de mil y un maneras: ya bien dominándolos y sometiéndolos por la fuerza de las armas (guerras e invasiones), ya apoyando regímenes tiránicos con sus pueblos y, a la vez, sumisos con sus amos, ya favoreciendo golpes de estado (Argentina, Chile, ..), o instaurando un bloqueo económico o guerra comercial con sus correspondientes secuelas de hambre y miseria, o, simplemente, manteniendo el control del sacralizado “libre” mercado:
¡Que impostura!.
Sabemos que, desaparecidos los bloques, un solo orden impera en el mudo, el orden capitalista y su pensamiento único, tan necesitados como antes de lógicas militaristas, consustanciales a su propia naturaleza e instrumentos de sometimiento y obtenciones de pingües beneficios con el tráfico de armas, que es, como todo lo que de ellos deriva, tráfico de muerte. Con ello, este “orden” se transforma en agente auspiciador de desordenes, desigualdades, destrucción y en marco generador de la necesidad de un“Gran Hermano” (EEUU, la OTAN) que vigile e imponga tal “orden”.
!Que impostura!
Denunciamos la creación de guerras cuando “sus intereses económicos” están en peligro (guerra contra Irak) y la impasibilidad ante guerras de exterminio étnico, religioso, político, social ( los que entran en el juego: Balcanes, Ruanda, Chiapas).
¡Que impostura!.
Conocemos que se levantan murallas hacia fuera y fosos hacia dentro, que se acrecientan las desigualdades sociales, que bolsas de miseria y marginación acompañan al enriquecimiento de unos pocos, al lujo y al despilfarro, que el paro es una de las lacras que acompaña a este sistema explotador, que el miedo a la pérdida del puesto de trabajo, cuando se tiene, está permitiendo la ofensiva de los de arriba contra los de abajo,
con la desaparición de derechos laborales (jornadas de más de cincuenta horas y hasta de sesenta) y que esto sucede con la mirada impotente, cuando no complice, de unos sindicatos que han aceptado la lógica del sistema: la competitividad y su reverso la insolidaridad.
!Y que aún se llaman de clase!.
Por todo esto,no queremos resignarnos a ser siervos ni ciudadanos domesticados que se tragan “razones de estado” (“GAL”, “desparecidos” de Argentina) o visiones alucinatorias alimentadas por componentes nacionalistas y/o de cualquier otra índole para justificar la mayor de las infamias, el terror asesino ( ETA ) en esta democracia ya vigilada por las multinacionales, la OTAN, la Unión Europea.., ni aceptar pasivamente la destrucción de la “casa” Tierra y del equilibrio ambiental, por los intereses depredadores de los poderosos para apropiarse de las materias primas, con el conflicto Norte/Sur acompañándolo (represión contra los “ogoni”, pueblo que ha vivido de los recursos naturales del delta del Niger, incluido el asesinato “legal” del poeta KEN SARO WIWA y ocho líderes más, llevado a cabo por los dictadores de Nigeria, por defender su ecosistema de la compañia SHELL, una de las “siete hermanas”, explotadora del petroleo del subsuelo en la zona), la obtención de beneficios por encima de su envenenamiento, atentando a las mismas bases de la vida y de la especie humana, en especial, de los de abajo.
Por ello, no vamos a renunciar a la capacidad de pensar, de criticar y oponernos al Poder y sus acciones, de resistir y no claudicar ante sus cantos de sirena cuando nosquieren hacer creer con su cinismo neoliberal que estamos en el menos malo de los mundos posibles o que toda oposición son reflejos de movimientos ya caducos, y si no nos convencen, les queda el arma de inculcar el pesimismo paralizante, “los que entreis aquí, abandonad toda esperanza”.
Así es que, con la que está cayendo y hoy más que nunca, es necesario resistir desde la sociedad civil, desde la creación y sus poéticas, desde cualquier lugar donde se pueda enviar un mensaje de vida, creando allí sitios donde refugiarse y desde los que podamos enviar el aire fresco de estos avioncillos de papel contra las inmundicias de tanta infamia.
Con ello, y sin tener vocación marginal, nos situamos al margen de los circuitos hegemónicos del mercado y de quienes, con sus servilismos y miserias, compiten entre sí para crearse un nombre y poder ser invitados al banquete del poder o de aquellos juegos de querer transcender el tiempo de la vida al que previamente ya le han puesto precio:
!Tiempos de canallas!.
Queremos, respirando por la herida, crear un espacio minúsculo, tal vez, pero amplio, compartiendo amistad, inconformismo y otros andares. Somos letraheridos que queremos traspasar el grupo de amigos y así abrir puertas y ampliar espacios.
Sépase, pues, que en esto estamos.